El narcisismo, el duelo, la melancolía y la culpa en el personaje de Víctor Frankenstein y su creación.
Es Frankenstein una novela clásica de carácter filosófico. Ciencia ficción cuyo discurso científico profundiza en el estudio del alma humana. Publicada en 1818 por Mary Shelley, la novela retrata la ambición desmesurada del hombre por ir más allá de la realidad, descubrir lo que nunca se ha descubierto hasta entonces, y la codicia de nuevas sensaciones y verdades tan propias del romanticismo de aquella época.
La creación del monstruo por parte de Víctor; retrata muchos matices en la personalidad de ambos personajes. Shelley delinea con gran destreza el cúmulo de conflictivas internas, auto-cuestionamientos, dudas y culpabilidad ante una realidad que al haber culminado la creación del monstruo era prácticamente imposible de ocultar.
1. Introducción
Se define como Neurosis Obsesiva al “conflicto psíquico que se expresa por los síntomas llamados compulsivos como: ideas obsesivas, compulsión a realizar actos indeseables, lucha contra estos pensamientos y tendencias, ceremoniales conjuratorios, etc, y por un tipo de pensamiento caracterizado por la rumiación mental, la duda, los escrúpulos, y que conduce a inhibiciones del pensamiento y de la acción” (Laplanche, Pontalis, 2019, p. 303)
Hipótesis: Demostrar que el deseo de Víctor Frankenstein de crear un monstruo con vida propia tiene su génesis en la personalidad obsesiva de éste así como el narcisismo que lo caracteriza puede haberse gestado a raíz de la profunda melancolía que lo avasalló tras la muerte de su madre.
Me basaré en autores como Sigmund Freud quien descubrió la neurosis obsesiva para esquematizar el comportamiento de Víctor. Así como también el comportamiento del monstruo y su compulsión a la destrucción.
Hablaré del proceso de la introyección de la melancolía (narcisista) según el psicoanalista alemán Karl Abraham para sustentar el carácter egocéntrico y arrogante de Víctor.
El tercer elemento importante a resaltar es la ética en la ciencia, y para ello utilizaré las Tres leyes de la robótica, normas elaboradas por el escritor Isaac Asimov y que se aplican a la mayoría de los robots que están diseñados para cumplir órdenes. Este es un enfoque menos psicoanalítico en el presente ensayo.
El cuarto elemento importante de análisis en la obra es el feminismo. Tomaré de base las ideas del filósofo español Juan Carlos González Caldito para esquematizarlo.
2. Desarrollo
a. Neurosis obsesiva en Víctor Frankenstein / Monstruo y compulsión a la destrucción
Para Freud en “Acciones Obsesivas y Prácticas Religiosas” (1907), uno obtiene una visión profunda de la neurosis obsesiva si aprecia el hecho primero que está en su base: este es, en todos los casos, la represión de una moción pulsional (pulsión sexual) que estaba contenida en la constitución de la persona, tuvo permitido exteriorizarse durante algún tiempo en su vida infantil y luego cayó bajo la sofocación. El proceso represivo genera angustia y como defensa vienen las acciones obsesivas (p.106).
Víctor desde su infancia muy temprana mostraba hambre por saber. “La curiosidad, el vivo interés por aprender las leyes ocultas de la naturaleza y la alegría cercana al éxtasis, cuando me eran revelados, son las sensaciones más tempranas que he podido recordar” (Shelley, 2014, p. 57).
Víctor, en los inicios de la novela habla de su maravillosa niñez, de lo empáticos y amorosos que fueron sus padres. La génesis de la neurosis está fundada en el complejo de Edipo. Los recuerdos de Víctor aparentemente fueron de un niño feliz y sin inhibiciones. Sin embargo, esa obsesión en sus propias palabras “compulsiva” por saber cuestiones metafísicas y secretos de la física del mundo bien pudo haber sido una reacción o una defensa a deseos sexuales reprimidos de su etapa fálica, que más tarde; se convirtió en una neurosis obsesiva.
En cuanto al monstruo, según Freud en “Algunos tipos de Carácter dilucidados por el trabajo Psicoanalítico” (1916) existen algunos tipos de carácter en ciertos individuos que se auto proclaman haber sufrido bastante, tienen ciertos derechos; es decir buscan algún tipo de privilegio sobre los demás. Son aquellos en que su neurosis está anudada a un sufrimiento de su primera infancia de los que se saben inocentes y lo manifiestan como un injusto perjuicio a su persona. Aquellos que sufren de algún defecto o padecimiento orgánico producto de su genética, cuando son conscientes de ello, sobreviene en ellos la rebeldía (p.320). Se puede decir que el monstruo no tuvo infancia ya que fue creado físicamente desde un inicio como un adulto, pero su comportamiento obedecía al de un niño profundamente lastimado por haber llegado a un mundo donde la fealdad física no tiene cabida. La reacción neurótica del monstruo fue precisamente la compulsión a destruir cuanto consideraba un agravio hacia él (en éste caso destruyó todos los afectos importantes de su creador Víctor)
Asimismo Freud (1916) hablaba de las personas que “delinquen por conciencia de culpa” en donde el Edipo es una reacción frente a los dos grandes propósitos delictivos del ser humano: matar al padre y tener comercio sexual con la madre. La culpa que genera el cometer inconscientemente este delito universal (parricidio e incesto) aumenta la tensión en ciertos individuos y para liberarla delinquen (p. 338). En el caso del monstruo, la culpa de tener el deseo de matar a su creador porque en realidad era un monstruo bondadoso, le generaba tanta tensión psíquica que su forma de vengarse de Víctor era delinquiendo y destruyendo.
b. Duelo/Melancolía y Narcisismo
Freud en su obra: “Duelo y Melancolía” (1917) señala que el duelo ante una pérdida de un objeto pasa sin dejar secuelas, toma algún tiempo enfrentar la realidad, y más tarde el individuo libera su libido del objeto perdido (p.241). En el caso de Víctor, su vida adulta fue una suma de duelos tras la muerte de sus seres más queridos. Primero la muerte de su madre por escarlatina, la cual dio inicio a una oleada de pérdidas subsecuentes irreparables para él, después su hermano William a manos del monstruo, más tarde Justine enjuiciada por asesinato, le siguió Clerval también asesinado por el monstruo, más tarde Elizabeth de la misma manera y casi al final de la obra su padre en sus brazos. En cada una de las muertes que Víctor iba tramitando a lo largo de la obra, su discurso iba siendo cada vez más desolador, aterrador y más desesperanzador. Independientemente de su personalidad melancólica que desde que era un niño dichoso y feliz fue desarrollando a través del tiempo.
“En cuanto a la melancolía las batallas son parciales, principalmente hay un sentimiento de amor-odio, estas batallas parciales están en el inconsciente” (Freud, 1915p. 242). El melancólico se menosprecia y se enfurece contra sí mismo. La personalidad melancólica de Víctor a lo largo de toda la obra se rebela constantemente, la gran mayoría de los momentos es un vaivén de sentimientos catastróficos, hostiles, de repulsión hacia el monstruo pero también hacia sí mismo por haberlo creado; Víctor se desvaloriza, se victimiza. Y aunque Víctor sabe que perdió muchas vidas importantes para él, en realidad no tiene claro lo que perdió. Desde muy pequeño en el fondo tuvo un desagrado moral consigo mismo y eso lo hacía sentirse degradado. Las tres premisas básicas en una persona melancólica se retratan muy bien en la obra:
1. Pérdida del objeto
2. Ambivalencia
3. Regreso libidinal al YO
Las dos primeras se caracterizan por reproches obsesivos tras la muerte o pérdida del objeto, y la tercera corresponde al monto de narcisismo que habita en cada ser melancólico.
En Víctor reinaba también el narcisismo, el deseo de crear algo nuevo que nadie había hecho jamás, de sentirse por encima de los demás científicos, pero sobre todo el monto de soberbia al tener que aceptar que se había equivocado; que no había pensado en la consecuencia de sus actos al crear a un monstruo que no tendría cabida en la sociedad por más que éste tuviera buenas intenciones al acercarse a las personas. El tener que rechazar la petición del monstruo de crear una compañera para disfrutar de la vida, fue una herida profunda a su narcisismo.
Karl Abraham considera en “El proceso de introyección de la melancolía” (1924) que éste es pre-genital, es muy primario, narcisista, el melancólico siempre está destruyendo al objeto bueno, lo incorpora y lo vuelve a destruir y así sucesivamente. Para él la melancolía es un estado patológico crónico donde ha reinado la hostilidad. Desde éste punto de vista puede decirse que Víctor tenía buenas relaciones con sus semejantes, había cuidado en sus años mozos sus vínculos con su familia, amigos, maestros pero con el pasar del tiempo, la estructura de personalidad melancólica que para Abraham se da en los primeros años de vida se fue haciendo evidente cada vez más. Fue cancelando sus intereses, evadía sus afectos, la percepción de sí mismo comenzó a perturbarse y su capacidad de amar se fue restringiendo al punto de que Elizabeth percibía en él su constante estado de malestar y tristeza. Sobre éste punto cabe resaltar que Víctor ya tenía desde tiempos muy tempranos una personalidad melancólica. La neurosis obsesiva, la creación del monstruo y sus consecuencias sólo exacerbo lo que ya estaba predestinado en cuanto a su personalidad.
c. Las tres Leyes de la Robótica (Complejo de Frankenstein)
Las tres leyes de la robótica marcan lo siguiente:
1. Un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe de cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
3. Un robot debe de proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera y con la segunda ley.
(Asimov, 1989).
Estas leyes pretenden contrarrestar un supuesto “complejo de Frankenstein” con la premisa de que un ser humano al desarrollar un robot, pudiese rebelarse y alzarse en contra de sus creadores. La complejidad del desarrollo de un robot está en que éste pueda distinguir todas las variables que abarcan las citadas leyes y actuar acorde en determinadas situaciones. Suponen que el robot representará siempre un código moral muy correcto. Pero en realidad ¿Esto es así?
En el caso de Víctor, el objetivo de la creación de un monstruo es poco clara en la novela. No existe una verdadera razón de peso en Víctor para haber creado al espantoso ser más que para satisfacer su ego. Más aún, al no pensar para qué fin sería utilizado, mucho menos planeó las posibles consecuencias de crear un ser con tales características. La bondad y el amor que en un inicio el monstruo manifestaba cuando tenía por vecinos a Félix y Agatha; sus deseos por aprender a comer, a hablar, acercarse a las personas cuando llegara el momento hacen pensar que al ser lo dotó de conciencia, de sentimientos difíciles de explicar en un ser creado a partir de partes de distintos cuerpos
Este ser tan repugnante carecía de recuerdos remotos de una infancia, del cariño y el amor de un padre o una madre, sólo había un sentimiento de vacío en él muy difícil de explicar. Ni siquiera había visto nunca algo que se le pareciese para poder identificarse como sería un hermano o un primo. Este mismo vacío lo llevaba todos los días a “amar en silencio” a sus vecinos “protectores anónimos”; que culminó en una escena trágica para él cuando intentó acercarse a ellos. Su desamparo era la raíz de la tragedia de estar con vida.
d. Feminismo
El filósofo español Juan Carlos González Caldito en su artículo sobre: “Frankenstein y el feminismo moderno” (2019) señala que: “muy pocos dirán que Frankenstein de Mary Shelley es una obra feminista, se ha desvirtuado hasta reducirla a una obra meramente de pura ciencia ficción y terror que critica el cientificismo. Frankenstein puede ser catalogada como una obra más de tipo biográfico” (p.6).
Mary Shelley con la filosofía de su madre Mary Wollstonecraft dio cabida al tema del feminismo en la obra de Frankenstein. La situación de la mujer era muy criticada en aquella época ya que en los ojos de la madre de Shelley estas eran seres enseñadas desde su infancia que la belleza física es el único valor primordial. La mente se amolda al cuerpo, y sólo sirve de complemento a los hombres. La mujer era vista como un ser irracional, carente de todo poder de decisión y determinación. Puesta el servicio del hombre y los deseos de éste. Filósofos como Russeau pensaban que: la mujer era sólo el complemento del hombre, sólo era útil para cuidarlo y educarlo. Y en su adultez, para aconsejarlos y hacerles grata la vida.
Wollstonecraft se oponía diametralmente a estas ideas Russeaunianas y defendía que las mujeres debían ser educadas como seres racionales y contribuir a la sociedad.
El monstruo resulta ser una alegoría de la situación de la mujer de aquella época. Ella es construida según la educación que le otorga el hombre y así deviene un ser estúpido y superficial que sólo provoca desprecio en éste. De ésta forma, ambas apariencias, la del monstruo y la de la mujer, son consideradas monstruosas, y aquí es donde se encuentra el vínculo entre la condición femenina y la condición monstruosa. Así, en la obra, el monstruo encarna a la mujer y su lucha contra su creador y situación.
3. Conclusiones
Quedó demostrado que Víctor Frankenstein padecía de una neurosis obsesiva cuya génesis proviene de su historia sexual infantil. Su imperioso y constante deseo del saber sobre ciencia y el origen de la humanidad, lo llevaron a maquilar de una forma obsesiva la creación de un monstro con vida propia. La felicidad al ver culminado su sueño no duró mucho, ya que se vio opacada inmediatamente por la inconsciencia de Víctor al crear a un hombre horripilante dentro de un mundo donde la belleza es muy importante para la sociedad. Independientemente de esto, la personalidad obsesiva de Víctor hubiera aflorado con o sin la creación del monstruo, ya que como se dijo anteriormente, este tipo de neurosis proviene desde los primeros años de vida. La obsesión por hacer el monstruo sólo es una “defensa” a sus instintos más primitivos…. En cuanto al monstruo, la reacción compulsiva y neurótica a destruir se debía a que aunque su fealdad no la atribuía a ningún padre o madre (ya que no los tuvo), si culpabilizaba a Víctor por haberlo arrojado al mundo de esa manera. Feo, en total abandono y carente de amor. Esto quedó sustentado con los escritos de Freud en cuanto a que algunas personas utilizan algún defecto genético para justificar su delincuencia o rebeldía.
Quedó demostrada también, la personalidad melancólica en Víctor. Los sentimientos galopantes de culpa, auto-reproches, desesperanza se hacían cada vez más grandes a medida que avanzaba la obra. La raíz de la personalidad melancólica es también, según Freud, constitucional y otra parte las vivencias de la vida. Junto con la melancolía, como dice Karl Abraham, siempre viene un monto importante de narcisismo, el cual también está retratado en la obra con el constante sentimiento de Víctor de superioridad frente a otros científicos. Simplemente, el hecho de sentirse “todopoderoso” para dar vida a un súper-hombre sin pensar en su consecuencia habla de una personalidad sumamente narcisista.
En cuanto a las Tres Leyes de la Robótica, Frankenstein nos hace cuestionarnos. ¿Cuál fue el verdadero objetivo de hacer un súper-hombre? La realidad es que en la novela nunca se habla de que fuera creado para hacer un bien a la humanidad o ayudar a la sociedad a cumplir alguna meta. Nos hace pensar que la creación de robots debe ser siempre un procedimiento: medible, cuestionable, legalizado y útil para la sociedad.
Finalmente, si tomamos el feminismo como el verdadero trasfondo de la obra y no solo la ciencia ficción como se ha publicado a lo largo de 200 años de creada, hay mucha tela de donde cortar. La madre de Mary Shelley fue una ferviente luchadora de los derechos de las mujeres. Aunque Shelley no la conoció ya que murió al darla a luz, dejó varios escritos que hacen pensar que deseaba que sus descendientes preservaran sus ideales. Y así lo hizo Shelley al publicar la obra de Frankenstein. La maravillosa comparación (simbólica) del monstruo con la mujer es digna de tomarse en cuenta. En aquella época, la mujer era considerada como un ser inferior e inservible que sólo puede salir adelante cuando está a merced de un hombre. Lo mismo hizo Víctor con el monstruo, lo dotó de vida pero totalmente carente de habilidades para salir adelante. No le enseñó lo que es el amor, la valentía, el coraje, valerse por sí mismo. Lo lanzó a un mundo hostil en una postura de total indefensión. Lo mismo ocurría con las mujeres de aquella época: eran paridas sanas pero carentes de fuerza para ser mujeres independientes, luchadoras por sus ideales, trabajadoras y auto-suficientes.
Sería interesante después de 200 años de publicada la obra cuestionarnos: ¿Si Mary Shelley estuviera viva, qué pensaría en estos tiempos sobre la mujer?, ¿Habría escrito Frankenstein en pleno siglo XX1? ¿Será que la mujer ha evolucionado en estos 200 años? o bien, ¿Sigue siendo hasta cierto punto presa del machismo y la degradación?...
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