Cuando se habla de identidad mexicana vienen demasiados símbolos a la mente pues se trata de un país lleno de características. La identidad es un conjunto de rasgos característicos de una persona o cosa que permite distinguirla e otras en un conjunto, la principal característica del mexicano es haber nacido dentro del país pero al parecer el mexicano trasciende límites territoriales.
Hay símbolos con los que nos identificamos y que generan un sentido de pertenencia que se ha forjado por siglos. Por su posición geográfica, México ha recibido influencia de todos los puntos cardinales, por lo que hay gran diversidad cultural y hasta biológica, dando como resultado un mestizaje de culturas al punto en el que ahora tenemos música, danzas, arte y patrimonio de toda índole. Así decimos que mexicano es: “el que se siente mexicano”, así de simple y llano.
“Identidad y Cultura” para el psicoanálisis es un tema que alude al sufrimiento. Para el psicoanalista Jaque Lacan, el lenguaje le da una esperanza de identidad al individuo pero está marcado en cuanto a su identidad sexual.
Una persona que admite interrogantes en la persona que lo habita es un ser penante digno de entrar en un psicoanálisis. La persona más pacifista puede también ser cruel, otro que se sitúe en el plano de lo viril puede reconocer no ser tan idéntico a sí mismo pues lo aqueja una fantasía que lo deja perplejo en cuanto a su identidad sexual. Y así ninguna pieza de artesanía es idéntica a otra aunque se sigan motivos, colores y formas identificables. Y así en lo más íntimo de un sujeto que habla de una no identidad consigo mismo, hay una ausencia de identidad sexual es decir identificaciones.
Existen también identificaciones simbólicas con rasgos, emblemas o insignias y solo son creaciones. Así entonces las culturas pueden ser entendidas como modos simbólicos de solucionar esa suerte de envidia fundamental humana, hermanita de la ausencia de identidad sexual.
El mexicano no tiene una clara identidad porque no logra definirse a sí mismo, por un lado hay una cierta negación a su pasado indígena creando así un rechazo a su propia cultura. El problema principal es que el mexicano no ha logrado definir bien sus raíces, de dónde viene y a dónde va, ya que un pueblo sin pasado no puede tener presente y mucho menos futuro. Es producto de una mezcla de dos culturas opuestas entre si. Reniega del legado español debido a la violencia con la que se dio. Sin embargo ese indígena subyugado y violado a merced del conquistador no es un modelo con el cual un mexicano se pueda identificar, al contrario, lo rechaza por su debilidad ante su conquistador.
Esta dualidad ha existido de siempre en el mexicano y es un constante sentimiento que no le permite el avance. Es decir, él mismo pone trabas a su desarrollo por un pasado que le cuesta aceptar pero del que tampoco puede huir.
Fue Vasconcelos quien encabezó un proyecto muy ambicioso de difusión cultural. El objetivo era integrar a México al mundo y recuperar el pasado. La llegada de cientos de intelectuales españoles exiliados ayudó a los estudiantes mexicanos a desarrollar sus capacidades intelectuales es decir: los enseñaron a pensar, esto el día de hoy, nos ha permitido ser críticos de nuestra propia identidad. Así pues el mexicano no tiene una clara identidad pues no logra definirse a si mismo por la negación de su pasado indígena y adoptando a su vez otras culturas.
Una búsqueda incesante de su identidad, que queramos o no, hemos enmascarado impidiendo expresar nuestra realidad.
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